Hoy 8 de marzo del año 2010, se celebra en todo el mundo, el DIA INTERNACIONAL DE LA MUJER. Hoy es un día en el cual todas las mujeres, saltan las fronteras del mundo , dejan de lado todas sus diferencias culturales, políticas y sociales y conmemoran su día, como vienen haciendo desde hace más de 90 años.
No fueron en vano, entonces, las muertes de esas 140 obreras, inmigrantes en su gran mayoría, de Nueva York, que reclamaban mejores condiciones de trabajo en el taller donde eran explotadas. Un pavoroso incendio, acabó con sus vidas, pero no con la llama de reivindicación que venían portando desde el 1900. Tampoco los incontables pedidos de igualdad con el hombre a nivel social ,económico, y político a través del sufragio, desde los comienzos de la era contemporánea, es decir, cuando las fábricas inundaron el mundo.
Fue, la de las mujeres, una lucha despareja, lenta, pero segura de alcanzar los objetivos propuestos. Porque la mujer desde los albores de la historia, no solo era la columna central del hogar humano, sino el continente poderoso frente a las crisis económicas o de guerra. Con ella comienza la familia y se sostiene en el tiempo. Con ellas, y sus luchas, el mundo pudo ser más amplio, más humano y más sensible. Las Naciones Unidas, en la década del 40, concluyó que la igualdad de los sexos es un derecho humano, fundamental.
En la Argentina, tuvimos también mujeres insignes, que, dando todo y no pidiendo nada que no sea la igualdad de oportunidades, tienen un lugar en el panteón de los héroes y los mártires. Su característica, al igual que esas obreras masacradas en el 1900, es el temple por el cual, sufrieron, pero luego se levantaron en defensa de sus hijos, de la familia, de sus hombres, de la misma Patria, que las vio nacer.
Recordamos entonces a las mujeres argentinas como Manuela Pedraza, que lucharon bravamente contra el invasor inglés en 1806 y 1807, a Doña Juana Azurduy, como representante de las mujeres gauchas, que junto a sus maridos vivieron y murieron en la guerra de la independencia 1810-1826, y le siguen las Alfonsina Storni, que desde la poesía de amor descarnada y mortal, pedían por un mundo más justo con las mujeres. Y las campesinas, y las obreras, y las amas de casa, como primera línea de fuego contra la lucha cotidiana.
En el Partido de Escobar, fueron muchas las mujeres que apuntalaron y construyeron desde el pasado, éste presente, desde ya, poniendo los cimientos para un futuro, cada vez mejor. Recordamos a la primera mujer empresaria DOÑA EUGENIA TAPIA DE CRUZ, a todas las enfermeras desde la primera sala de primeros auxilios, frente a la Plaza San Martín, entre ellas a la enfermera LALLY, a una de las primeras educadoras de raza, la SRA. ARGENTINA HARRAND DE TRAVI, a la dra. CESIRA DE BALLESTER, a la Directora de Escuela FATECHE, y a miles más, que con su esfuerzo y desinterés, edficaron, a éste, muestro querido Partido de Escobar.
Y no podemos olvidar a una mujer que resumió en un período de la historia nacional, su dramática vida al servicio de una causa y de un hombre. Una mujer simple, pero fuerte como un roble, a la hora de sostenerse ante la adversidad. Por ella, no solo el voto femenino pudo concretar una lucha de otras décadas y de otras mujeres, sino también la presencia y la igualdad laboral. Una mujer sensible, que convirtió su enfermedad en la entrega total a los que amparaba y amaba. Y hasta en el último suspiro, su recuerdo fue para los desvalidos y para las mujeres. Esa mujer, se llamó, se llama y se llamará por siempre: EVITA.
A TODAS ELLAS. NUESTRO ETERNO RECONOCIMIENTO Y HONOR.
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