jueves, 14 de mayo de 2009

INVESTIGACIÓN NÚMERO 4/05/09 : ENCLAVE GEOPOLÍTICO ESPAÑOL DE 1751 en Escobar

ENCLAVE GEOPOLÍTICO DE 1751: CONQUISTA, COLONIZACIÓN, EVANGELIZACIÓN Y ORATORIOS RELIGIOSOS EN LOS INICIOS DE ESCOBAR.

El ENCLAVE[1]DE 1751 registra en nuestra zona otro de los efectos de la conquista española. El repartimiento de tierras. Las corrientes colonizadoras. La evangelización. Nos interesa aquí la fase dos, es decir, el establecimiento del viejo mundo en nuestra zona. Resulta determinante en lo que respecta a los orígenes de Belén de Escobar. La teoría ferroviaria de Gnemmi, Melidore y Beliera Virgadaula, no acepta el contundente paso de la geopolítica española en nuestra zona por cuestiones ideológicas[2]. Para entender el mecanismo de la conquista en nuestra zona, es menester una revisión de sus bases histórico-filosóficas.
Conquista española y Evangelización
En realidad deberíamos preguntarnos si realmente la Argentina fue conquistada o colonizada.[3]Comparando con el resto de Hispanoamérica, dónde sí había que conquistar imperios – llamados precolombinos, es decir, Incas, Aztecas y Mayas- dónde se encontró una organización social. Nuestro país ofrecía enormes praderas. El paisaje que siempre buscó el colono agricultor. Y no otra cosa se hizo desde 1524. Se sucedieron viajes independientes, muchos de descubrimientos. Y cuando Portugal intensifica sus empresas en el Brasil, se pone en marcha la geopolítica hispana.
Inmediatamente encontraron al hombre que la llevaría a cabo y con la siguiente misión:
“conquistar y colonizar las tierras y provincias del Río de Solís, también llamado La Plata donde ya estuvo Sebastián Gaboto”[4]
Con un micro mundo de tribus nómades, se llevó a cabo el mandato imperial.
“Al decidirse la creación del Virreinato del Río de la Plata, la corona española unió en él regiones de tan diversa formación natural, de tan dispar desarrollo económico y con tan débiles lazos entre sí, que tales circunstancias significaron hasta mucho después serios obstáculos, muy difíciles de superar para constituir una nación” [5]
La visión española era consciente del conflicto regional, por ejemplo el tema del Litoral –con tendencia al progreso, pero rezagada con respecto a lo administrativo-y el llamado Interior, rico y muy poblado, con los caminos expeditos para el comercio. De todas maneras, tenemos pobladores desde 1770 y antes. Veamos el siguiente cuadro estadístico que muestra desde ese año hasta 1810:[6]
Observemos la cifra de la campaña en 1770, seis años antes de la creación del Virreinato como necesidad geopolítica: 22.000. Desde ya cerca de los cursos de agua, por aprovisionamiento y por estrategia de guerra.
La visión de Juan de Garay era clara. La obtención del litoral marítimo. Tenía que llegar al mar, para sacar de la insularidad a esa Asunción encerrada entre tierras. La urgencia porque Portugal pretendía también tierras, le dio al perdido Río de la Plata una importancia enorme. Podríamos a llamar a éste proceso: atlantización. Además Juan de Garay a través de la fundación de ciudades crearía así numerosas líneas de fractura. Queda así conformada la imagen geopolítica desde Asunción al Río de la Plata. Y por tierra, se unía con Lima. Ciudades-puerto, claro está, que establecerían el comercio con España a través del sistema de flotas y galeones. Vemos así la importancia que adjudicaban los españoles a los cursos de agua. Sean mares o ríos. No en vano se ha teorizado y deducido, sobre una posible fundación de Buenos Aires en nuestro territorio escobarense[7]. A nosotros nos interesa de esa teoría, la organización evidente del espacio vital de los españoles. Muchos vecinos y hasta en nuestros museos locales[8], albergamos testimonios de ese pasado de conquista y colonización, pero…en las cercanías a los ríos, dónde tanto los naturales, como los españoles, veían en los cursos de agua, caminos. Todo esto para remarcar el hecho proclamado de otros caminos, el del ferrocarril, que nos alejó a casi 20 kilómetros del Paraná.
Obviamente la cercanía a los ríos y lugares altos – barrancas- fue considerada vital. En el plano de las mercedes de tierra, tenemos la visión estratégica española, en la primera fase de conquista y preparada para la segunda de colonización, en nuestra zona.
El plano data de 1730, y nos da una perspectiva del mundo que estaban construyendo los colonizadores. Las vías de comunicación relacionadas con los límites de tierras. El Río “Luxan”, El Río de las Conchas, sobre los bañados, y siempre mirando al Río Grande o Paraná. Dimos vuelta este mapa. El mismo siempre fue presentado por Beliera Virgadaula desde el río de las Conchas. Nosotros miramos ahora desde el Río Grande. Y observamos un detalle: un dibujo de una casa y una leyenda que dice Población de Ávalos. También se observan las suertes de estancias, la mayoría lindan sobre los cursos de agua.
Pero veamos también, uno de los mapas de mensura oficial más antiguo que se conoce. Data de 1599 y se encuentra en el Archivo Histórico de Córdoba.
Encontramos el mismo esquema.
El río en el medio de las tierras concedidas, como una columna vertebral de la población. Vemos así la lógica de una colonización: sustento y defensa. Aquí no encontramos “leyes invisibles”. Había un mundo en guerra. Tratados que se quebraban. Espíritus aventureros. Empresas comerciales. Conquistas privadas y estatales. Nada podía quedar al azar. O al menos, lo mínimo, lo imponderable.
Nos detalla José Luis Romero:
“De hecho, la fundación fue casi siempre improvisada, hecho sobre la base de una rápida apreciación de ciertas ventajas inmediatas del lugar geográfico – LA COSTA, LA ALTURA, EL RIO Y SOBRE TODO DEL SITIO – EL AGUA, LOS VIENTOS, LOS PASTOS, LA LEÑA.”[9]
Nos explica el historiador que:
“Como expresión de un sistema económico, o mejor, de un sistema productivo que veía en las ciudades el sinuoso mecanismo de la intermediación, la sociedad rural irrumpió como un factor de poder….Las ciudades se ruralizaron en alguna medida, pero solo en su apariencia, en las costumbres y las normas, en la declarada adhesión a ciertos hábitos vernáculos.”[10]
Nos sigue diciendo Romero:
“En el origen, Latinoamérica había sido un mundo de ciudades. PERO EL CAMPO EMERGIÓ DE PRONTO Y ANEGÓ ESAS ISLAS. El campo era el hogar más entrañable de la sociedad criolla y fue el foco del criollismo. La sociedad rural puso sobre el tablero su carta y rebeló que en su seno no solo se producía la riqueza que aseguraba la supervivencia de todos, sino que también se amalgamaba una población arraigada que podía hacer de cada ámbito colonial una nación independiente y de fisonomía definida.”[11]
Porque:
“El campo afirmaba su papel matriz de la nueva nación cuando volcaba sobre los campos de batalla y sobre las amedrentadas ciudades sus multitudes bravías de a caballo, encabezadas por los improvisados jefes que parecían ignorar lo que querían.”[12]
Más allá del “rito” fundacional de la Ciudad, y su intermediación económica después, estaba lo fáctico de la organización social del mundo rural y su producción, que se regía por una cultura en sí misma.
Hablamos aquí de una mentalidad fundadora. Si bien era una aventura hacia lo desconocido, pero como decíamos, era también otra acción más de la expansión europea. Más allá de la ideología que los animaba –ya veremos el tema de la evangelización-se encontraron con una realidad patente y concreta: una tierra con ríos y llanuras, lagos, montañas, alturas, volcanes. Pero esto, tan nuevo y enorme que tenían ante sí, debía ser una prolongación de la otra tierra –España, Europa-
La única realidad tangible, era que la Europa Cristiana era el único mundo válido.[13] Esta era la cultura en sí. Los otros, eran mundos inferiores y en una total oscuridad. Todos los imperios, poseían ésta definición, en su medida y evolución, etapas y cruentas luchas, no podían pensar de otra manera. Era el etnocentrismo, que generó desde la guerra santa, hasta la segunda guerra mundial, los pogromos de Stalin y los desastres que aún suceden en Sarajevo. Era el agón perpetuo entre el bien y el mal. La demonización del otro en cuanto enemigo.[14] El bien era Europa cristiana, el mal, el nuevo mundo. Que, había de redimir. Y si hablamos de cristiandad, de fe, claro está que no se remitía a la religación con Dios. Era toda una postura temporal. Esta “certidumbre de lo incierto”[15] era la ideología de una batería de instrumentos y técnicas de la llamada “cultura burguesa”. Nos referimos a las armas de metal, corazas, navíos y al caballo. La frase común, la cruz y la espada, fue común sí, pero en su utilización.
¿Pero cuál fue en sí, la ideología del primer enclave de la conquista y colonización de nuestra zona?
La conformó el jurista Juan López de Vivero Palacios y Rubios.[16] Estos son sus supuestos filosóficos, políticos y militares:
A. Si bien los pueblos infieles tenían jurisdicciones políticas, antes del advenimiento de Cristo, al llegar éste al mundo, esas tierras se le transferían.
B. Como Señor espiritual y temporal del orbe, sus sucesores serían los Papas.
C. Los Papas podrían reclamar, con derecho el dominio de las tierras y de las gentes de las regiones infieles.
D. Como San Pedro fue definido por Cristo como superior a todos los hombres, como “piedra” de la Iglesia, su trono estaría en cualquier otra parte del mundo, es decir, fuera de Roma. Lo que es lo mismo decir, el Nuevo Mundo, nosotros.
E. Al tener un trono orbi et Orbis, podría juzgar y gobernar a TODOS: cristianos, moros, judíos, gentiles y de cualquier otra secta o creencia que fuesen, como aclaró López de Gómara.
F. El Papa –por Alejandro VI- como SEÑOR DEL MUNDO, había DONADO a los reyes de España “las islas y tierra firme del Mar Océano”.
Los indios, tuvieron tres días para aceptar ésta doctrina geopolítica. Obviamente, los indios se sentían dueños de la tierra, porque eran los dueños de América, y sin poseer ni títulos, ni prueba material alguna, como los europeos, sabían, que sus ancestros habían estado allí mismo, donde ellos pisaban, nacían y morían. Y desde ya, no aceptaron los argumentos europeos. La reacción, fue terrible.
Al medio siglo del descubrimiento de América, se calculan que casi 20.000 indios murieron en Cuba, en la hoguera, por hambre, descuartizamientos, perseguidos por los mastines. Se alimentaron perros con carne de niños indígenas y muchas más atrocidades que permitieron que a los 500 años de aquel 1492 y años siguientes, se cambiara la palabra conquista, por evangelización de América. Las atrocidades de la doctrina, cobraron victimas europeas también por la misma época. Decíamos en otro capítulo que la historia es la lucha de los pueblos contra los imperios. Los imperios – con inusitada crueldad- impusieron otro orden social a las culturas americanas.[17] Recién cuando los pueblos se asimilan – cosa que sí hizo España muy a menudo con la América y no así Inglaterra en el Norte- en la colonización, baja la cuota de violencia sistémica, quedando sí, la servidumbre.
La Doctrina de la Conquista, dio paso a formas más inclusivas durante la colonización. Y las distintas órdenes religiosas siguieron la tendencia de los “perros de Dios” o dominicanos, antes responsables de la inquisición y luego, alarmados de las masacres de indios, fueron los que cambiaron, la mentalidad conquistadora, que sobrevivía en plena colonización. Pero como en el Río de la Plata hubo más colonización que Conquista, propiamente dicha, la amalgama surgió desde otras formas.
Una de esas órdenes y que tiene que ver con la evolución de Escobar, es la de los Padres Bethlemitas. De ellos se refieren también todos los investigadores locales restándoles importancia, reduciéndolos al término de vendedores en la operación comercial que deja como propietarios de éstas tierras a los Cruz. Su presencia colonial, como no podía ser de otra manera, no encaja en el iluminismo[18], ya que la ideología considera a la impronta de la conquista, la colonización española, la evangelización y a España misma como “reino de las tinieblas”. Como vimos, el proceso histórico que estructuró a la Argentina, a toda la América central y sur, fue con mucho dolor, fanatismo y al final de cierta amalgama entre conquistadores y conquistados, de colonos y colonizados. Sin embargo no podemos negar, subestimar, olvidar o tergiversar la historia colonial. Fuimos un enclave de España primero, para después ser una colonia y más tarde en 1816, un país con una madre: España. Fermín Chávez, en la Jornada del Pensamiento Nacional en Escobar, en 1988, dijo que:
a la historia se la puede pisar, pero borrar, nadie puede[19]
Y siguiendo ésta verdad debemos recordar la presencia de los oratorios en la etapa colonizadora. La orden de los barbones como se les llamaba. Una orden hospitalaria[20]
El profundo y meticuloso CARLOS BIROCCO, en un trabajo publicado en la Tercera Jornada de Historia del Partido del Pilar en 1994 titulado Propiedad de la tierra y conflictos sociales en el Escobar colonial nos expone que la historia de la propiedad de la tierra, se remonta a las épocas de la segunda Fundación de Buenos Aires, teniendo un fuerte tinte latifundista. En éste esquema, nos interesa resaltar aquí, lo siguiente:
“En cuanto a los terrenos de sobras (la amplia rinconada que posteriormente sería llamada Rincón de Riblos o de Escobar) quedaron fuera del reparto originario POR HABER ESTADO ASIGNADAS A COYAZARÉ, uno de los caciques de las inmediaciones. En 1620 se afirmará que dicho territorio no había sido dado en merced por Garay: por ser entonces monte y cañaveral bravo (por lo que), se dejó para el Cacique Coyazaré y sus indios, QUE LO HABITARON Y OCUPARON, TALARON Y LIMPIARON mucho tiempo hasta que todos murieron y se consumieron…” [21]
Birocco, sigue relatando los casi interminables conflictos de mercedes, hasta que puntualiza lo ocurrido con el famoso Rincón de Riblos y el fenómeno del arrendamiento y su especial persistencia.
“ …Llamados por la abundancia de recursos naturales del terreno y por su acusado aspecto de abandono, UNA MULTITUD DE PEQUEÑOS LABRADORES, se presentó ESPONTÁNEAMENTE en estas tierras a ESTABLECERSE EN ELLAS. Enterado de ello, Riblos logró en 1712 que el Gobernador Velasco y Tejada librara despacho de lanzamiento contras las personas que las ocuparon sin su orden, del que fueron notificados treinta y tres QUE SE HALLABAN POBLADAS DE LA OBRA BANDA DE LA CAÑADA DE ESCOBAR. Algunos de estos ocupantes precarios fueron expulsados, PERO SE PERMITIÓ A OTROS QUE PERMANECIERAN EN EL TERRENO YA SEMBRADO, IMPONIÉNDOLES UNA RENTA. Dos de ellos, Juna de Lumbida y Francisco Gaitán, fueron responsabilizados del pago del arrendamiento de CUANTOS SE AGREGARAN EN ADELANTE A SEMBRAR.”[22]
Y así, el prestigioso historiador, nos sigue dando ejemplos de la presencia humana en nuestra zona. Tal vez, ante la evidencia de”indios” y del Cacique Coyaré y de aquellos labriegos, el iluminismo local, no les dé crédito como los efectivos y primeros pobladores de la zona. Pero también estaban los Padres Bethlemitas, sus oratorios y sus conflictos.
Veamos sino una disputa por montes y bañados en nuestra zona:
“Aunque la legislación hispánica consideraba de propiedad comunal a los bañados, los propietarios de los terrenos inmediatos lograron apoderarse en la primera mitad del Siglo XVIII de las tierras bajas que circundaban la desembocadura del río Luján y la ribera del Paraná de las Palmas. LAS APETENCIAS DE LOS TERRATENIENTES se centraban en las riquezas forestales naturales de este extenso territorio, los montes de árboles del país o cimarrones que bajaban de la barranca a la costa del Paraná…
En 1751[23], Nicolás de la Quintana vendió sus dos suertes de estancia sobre el Luján al Convento Betlemítico de Buenos Aires. Aunque el traspaso de la propiedad comprendía los derechos sobre pastos y montes, LOS HABITANTES DE LAS INMEDIACIONES parecieron no comprenderlo así, pues pretendían el libre disfrute de las maderas en terrenos que consideraban comunales. En diciembre de 1751, LOS VECINOS DEL LUJÁN y LA CAÑADA DE ESCOBAR, se quejaron en una presentación ante el Cabildo de Buenos Aires “DE QUE LOS P.P VELEMITAS LES IMPIDEN EL QUE PUEDAN CORTAR LEÑA, PAJA, ESTACAS Y DEMÁS MENESTERES PARA EL ABASTO DE SUS CASAS EN LA COSTA DEL PARANÁ, TIERRAS REALENGAS Y DESTINADAS PARA ESTE FIN”.
El Cabildo que en la primera mitad del siglo se inclinara a favor de los terratenientes, respaldó EN ESTE CASO A LOS PETICIONANTES Y ENVIO UN RECADO AL PADRE PRESIDENTE DE LA ORDEN PARA QUE NO ESTORBARA EL CORTE DE LEÑA EN LAS AGUAS BAJAS DEL RIO.
CUATRO AÑOS MAS TARDE, LOS VECINOS DEL PARTIDO ENFRENTARON IDENTICAS PROHIBICIONES POR PARTE DEL CAPITÁN FERMÍN DE PESOA, QUE LES IMPEDÍA QUE PUEDAN PASAR A LOS MONTES DEL PARANÁ A CORTAR LEÑA, PAJA, CAÑAS, MADERAS Y LO DEMÁS QUE FRUCTIFICAN LOS MONTES REALENGOS.
Pezoa excusó su actitud, pretextando que el INGRESO DE ESTOS FAENADORES ocasionales le causaba DAÑO EN LAS HACIENDAS. Pero el ayuntamiento porteño, ante quien fue llevado el caso, ordenó a Pezoa que; NO LES EMBARACE LA ENTRADA, NI CORTE DICHOS EFECTOS POR CONVENIR AL BIEN PÚBLICO.
EN 1756, el capitán Pezoa vendió su parte en el Rincón de Escobar a Don Manuel de Pinazo, quedando de esa forma desvinculado de la más extensa porción de latifundio de Riblos. Solo conservó las dos suertes principales que le tocaron sobre el Luján y una estancia situada EN LA ISLA DE ESCOBAR DE LA BANDA DE ADENTRO, CUYOS GANADOS PUSO AL CUIDADO DE ESCLAVOS NEGROS (el mismo era hijo de una esclava negra).
Con Pinazo, la disputa sobre los bañados volvería a repetirse, ya que éste intentaría agregarlos a sus dominios.
En 1774 realizó la mensura de sus posesiones en Escobar que partía desde la “lengua del agua” y no desde la barranca, como había sido costumbre desde el reparto de Garay. Al ser desplazados los linderos VARIAS POBLACIONES RESULTARON COMPRENDIDAS DENTRO DE SU PROPIEDAD, quedando los PERJUDICADOS en la opción de pagarle el arrendamiento por el TERRENO o DESPOBLAR SUS FINCAS. Diecinueve vecinos elevaron su petición ante el Cabildo de Luján, nuevo árbitro DESDE QUE ESTE POBLADO SE CONSTITUYERA EN VILLA, en que denunciaban las ideas ambiciosas de Pinazo, cuya petición era la de CONSTITUIR A TANTOS INFELICES BAJO EL YUGO DE ARRENDATARIOS.
Siguiendo la tradición iniciada por el Cabildo porteño, el de Luján dictaminó que Pinazo NO INNOVE EN ESTO LA COSTUMBRE INMEMORIAL DE AMENSURAR LAS TIERRAS DESDE LAS BARRANCAS DEL BAÑADO, QUEDANDO ÉSTE LIBRE. Principios consuetudinarios rescatados por la legislación indiana, reservaban estas aguadas, pasto y montes AL USUFRUCTO COMUNITARIO.
Terratenientes como Pezoa, de la Quintana, los Betlemitas y Pinazo aspiraron a convertirse en propietarios de los bañados, pero aunque en la primera mitad del siglo sus pretensiones obtuvieron el respaldo del Cabildo porteño, hacia mediados de la centuria, tanto éste ayuntamiento como el de Luján, viraron su posición hacia la defensa “del bien público”, desconociendo las pretensiones de éstos latifundistas a la titularidad sobre las tierras bajas y sus riquezas forestales. Ello no impediría empero, que la tendencia a la apropiación de terrenos comunales, que Mariluz Urquijo atribuye al avance arrollador de los principios individualistas, pero que no es más que otra faceta, para que la lucha de los terratenientes por obtener el completo control del suelo cobrara su impulso
Definitivo hacia fines del siglo XVIII; no faltan ejemplos de ello para el resto de la Campaña bonaerense.[24]
En igual sentido – sobre la actividad y ubicación de la población rural- nos dice un analista norteamericano, especialista en “fronteras”:
“…Un censo de la ciudad de Buenos Aires en 1744 solo registraba 327 propietarios en una población de más de 16.000 habitantes. En la campaña había solo 168 propietarios entre más de 6.000 residentes rurales. Unos pocos dueños controlaban bastas extensiones de 333.000 a 400.000 acres, dónde los esclavos sacrificaban ganado cimarrón para aprovechar el cuero y el sebo. Veintitrés estancieros dominaban LAS FERTILES MARGENES DEL RIO DE LA PLATA, EL PARANÁ Y EL RIACHUELO, formando un cinturón de hierro…”[25]

O sea que seguimos hablando de personas, asentadas, con una división del trabajo, con una identidad y plena conciencia de las diferencias, roles y status que toda sociedad conforma. Pero la “mentalidad conquistadora” está estructurada de esa manera: ve desiertos, dónde hay un mundo distinto al propio. No en vano, los primeros geopolíticos –españoles- renombraron tierras, personas y naturaleza ajenas, con términos y palabras propias. Ciudades, regiones, tribus, se convirtieron en la extensión del Imperio Español.
Probada entonces, la presencia de habitantes en nuestra región, sería conveniente detenernos en ciertas disposiciones con respecto al origen de los pueblos de la provincia de Buenos Aires:
“EN TORNO A LA FIJACIÓN DE LAS FECHAS DE FUNDACIÓN DE LOS PUEBLOS Y PARTIDOS DE LA PROVINCIA DE BUENOS AIRES
Fernando Enrique Barba
A través de los años, el Archivo Histórico de la Provincia de Buenos Aires debió responder innumerables consultas sobre la fecha de creación de diferentes pueblos y partidos. Por ello, se fueron estableciendo pautas generales que luego se convirtieron en normas, que pueden resumirse en los siguientes puntos:
Determinación de la fecha de creación de un partido
1.- Durante el periodo colonial, se toma como fecha la de la designación del Alcalde de Hermandad, por ello muchos partidos creados antes de 1810 tiene como día de creación el 1° de enero;
2.- Para el período independiente, leyes y decretos que fijan la fecha con toda exactitud. En el caso de las leyes, siempre se considera la fecha de promulgación.
Determinación de la fecha de fundación de un pueblo o ciudad
l.- Acta de fundación; este es uno de los casos más raros y en la provincia de Buenos Aires la más conocida es la de la fundación de la ciudad de La Plata;
2.- Decreto o ley de creación. Muchas veces los decretos de aprobación de la creación de un pueblo no aparecen publicados y entonces se debe rastrear el expediente de solicitud. El mismo puede encontrarse en el Archivo Histórico o en la Dirección de Geodesia de la Provincia de Buenos Aires, tal es el caso de Tolosa, localidad del partido de La Plata. Los dos casos anteriores son los más fáciles de resolver y en los que no caben interpretaciones mayores. Sin embargo, gran número de pueblos, de origen colonial y posterior a 1810, no se encuadran en los puntos anteriores, es decir, no existe, o no se encuentra, ningún acta o norma legal en torno a su fundación. En estos casos, la norma aplicable es la siguiente:
3.- La fecha del primer loteo.
4.- La fecha de la inauguración de la estación ferroviaria, ya que muchos pueblos se originaron en forma espontánea en torno a ellas.
5.- La fecha de establecimiento del primer oratorio o iglesia, que sirvió para aglutinar población dando origen a un pueblo…”[26]
Sumemos a ésta criteriosa jerarquización de los posibles orígenes de las poblaciones bonaerenses, la presencia de otra ciudad de Belén pero en la provincia de Catamarca. La presencia de un sacerdote emprendedor en 1681 y coincidentemente con su objetivo y pasión cristianos, dirigidos a la VIRGEN DE BELEN, motivó ese nombre.
La autoridad del historiador Enrique Barba, lo exime de cualquier duda en el articulado producido y arriba mencionado. Los mismos siguen – fundación a partir de Fuertes, etc., pero no cubren nuestro debate. EL PRIMER ORATORIO. Es nuestro caso. Porque fue primero, anterior, al loteo de 1877. Oratorio Betlehemita, que, como vimos registró aglutinación de personas, con sus labores y conflictos, con identidad, hasta llamados vecinos por la autoridad virreinal. Con una identidad dada por la devoción al niño Jesús de…Belén. Y recordemos que en esos tiempos la religión, era toda una ideología de referencia social y cultural. Fueron también propietarios. Y una situación que hace al “pueblo” como tal, el de apaciguar los conflictos, para que prime el BIEN COMUN. Es decir, algo para todos. Los autores iluministas locales, han manifestado inclusive una posible transliteración del nombre Belén de Escobar, justamente a la aglutinación social que comentamos:
“Podríamos”, dicen los mencionados, que “la devoción de Doña Eugenia Tapia de Cruz por el Niño Dios, bien pudo ser consecuencia de su admiración hacia aquellos monjes hospitalarios, que sacrificaron sus vidas a favor de los pobres, los menesterosos, inválidos y enfermos.[27] No, no podríamos. Fue. Por eso Belén. Con respecto a la Estación ferroviaria, tampoco cabe, porque no se creó un pueblo por ley o imposición tecnológica ferroviaria. YA ESTABA. Lo afirman hasta los mismos autores iluministas locales. Y fueron habitantes, y vecinos, legitimados por las autoridades coloniales. Fueron los primeros vecinos de Escobar. No es posible olvidarlos. Menos aún, seguir negándolos. Existieron, porque allí vivieron, trabajaron y murieron. Pero, no es nuevo esto de pisar la Historia…lo que no se puede es borrarla.[28] Lo mismo sucedió con el siguiente enclave, el de 1877 y años siguientes, con el ferrocarril británico cortando en varias secciones todo el territorio y alejándonos del río Paraná. Una Geopolítica desde afuera.
[1] enclave. 1. m. Territorio incluido en otro con diferentes características políticas, administrativas, geográficas, etc. 2. m. Grupo étnico, político o ideológico inserto en otro y de características diferentes. Real Academia Española © Todos los derechos reservados
[2] La ideología a la cual nos referimos es la demoliberal. Planteada por Sarmiento define a la conquista española de oscurantista, restándole toda significación civilizatoria. Para los adscriptos a la teoría ferroviaria lo único civilizado –frente a lo bárbaro: indios, españoles y gauchos- ha sido y es el ferrocarril inglés y la cultura del progreso indefinido del liberalismo.
[3] La respuesta es un sí, la hace el prestigioso historiador Ricardo Levenne.
[4] J.M.Rubio Conquista y Colonización del Plata. Ed. A.Ballesteros Beretta. Barcelona 1942
[5] Assadourian C.S Beato C. Chiaramonte J.C Argentina: de la conquista a la independencia. Editorial Hispamerica .1986 Página 317
[6] Ibídem. 3. La Población: sus variaciones. Página 333.
[7] Kirbus, Federico. La primera de las tres fundaciones. Edición del autor.1979/1980.
[8] La Dirección de Investigaciones Históricas de la Municipalidad, área Museo Dr. Agustín Campiglia de Escobar, posee no solo restos arqueológicos de la legendaria zona de Las Vizcacheras, obtenidas por la Asociación Amigos del Museo Campiglia y los invalorables aportes del Licenciado Luis Mesa, el Prof. Marcelo Álvarez, el incansable guía Tomás Gaitán y otros. Hay –restos de alfarería, huesos de animales y humanos, pertenecientes a los primitivos habitantes-. Otros vecinos de Escobar poseen puntas de lanzas de hierro y yelmos, que aseguran haber encontrado en el lugar. Nuestras entrañables “leyendas” locales hablan de combates entre españoles y naturales. Es una posibilidad, debido a la “guerra al indio” iniciada por la mentalidad conquistadora que si antes combatió contra los moros, aquí debería hacerlo contra otros “infieles”, los indios. El Arquitecto Ivo Iacouzzi, también posee un profundo “saber” sobre ésta emblemática zona del Partido de Escobar.
[9] Romero, José Luis. Latinoamérica, las ciudades y las ideas. Editorial Siglo XXI editores,1986, Página 63
[10] Romero, José Luis. Latinoamérica, las ciudades y las ideas. Editorial Siglo XXI editores,, 1986, Página 177
[11] Ibídem. Página 176
[12] Ibídem. Página 176
[13] Romero, José Luis. Latinoamérica, las ciudades y las ideas. Editorial Siglo XXI editores.1986.Página 65.
[14] Smith, Carl. El concepto de lo político.
[15] Así definió a la fe, Erich Fromm en La Revolución de la Esperanza, 1970.
[16] Palacios y Rubio, J.L De las islas del Mar Océano. En Puigróss, Rodolfo. De la Colonia a entre los dolores de la guerra. Pese a que De las Casas le sacó al Papa Pablo III una Bula por la cual se declara hombres a los indios, se los deshumanizaba a menudo. Había debates, pero la guerra dictaba la doctrina de la conquista.
[18] Se alarmaron los ingleses por ejemplo, y se olvidaron de su Compañía de las Islas Orientales que en su afán progresista no trepidaron en invadir, robar, matar a los pueblos que no los aceptaban. La India por ejemplo. Nuestras Invasiones Inglesas (1806-1807) fueron otro ejemplo de iluminismo y progreso indefinido. Era el mecanismo común de los colonialismos: si no se comerciaba, se invadía. Comercio o guerra.
[19] Jornada efectuada en la Casa de la Cultura.
[20] San Pedro de San José Betancur (1626-1667) El Beato Pedro de San José Betancur nace en Villaflor de Tenerife el 21 de marzo de 1626 y muere en Guatemala el 25 de abril de 1667. El Beato Pedro de San José Betancur supo leer el Evangelio con los ojos de los humildes y vivió intensamente los Misterios de Belén y de la Cruz, los cuales orientaron todo su pensamiento y acción de caridad. Visitó hospitales, cárceles, las casas de los pobres; los emigrantes sin trabajo, los adolescentes descarriados, sin instrucción y ya entregados a los vicios, para quienes logró realizar una primera fundación para acoger a los pequeños vagabundos blancos, mestizos y negros. Atendió la instrucción religiosa y civil con criterios todavía hoy calificados como modernos. Construyó un oratorio, una escuela, una enfermería, una posada para sacerdotes que se encontraban de paso por la ciudad y para estudiantes universitarios, necesitados de alojamiento seguro y económico. Recordando la pobreza de la primera posada de Jesús en la tierra, llamó a su obra «Belén». estaba surgiendo aquello que más tarde debería tener su desarrollo natural: la Orden de los Bethlemitas y de las Bethlemitas, El Beato Hermano Pedro se adelantó a los tiempos con métodos pedagógicos nuevos y estableció servicios sociales no imaginables en su época, como el hospital para convalecientes.

[21] Birocco, Carlos María, obra citada.
[22] Ibídem.
[23] Fue el 5 de noviembre de 1751. Las propiedades de las que hablamos, fueron de los Bhetlemitas desde ese año hasta 1779.
[24] Birocco, Carlos María en Los expediente del Valle de Santiago Apéndice 1 de Francisco Javier de Eitzaga Amorrootu.
[25] Slatta, Richard W. Los gauchos y el ocaso de las fronteras. Editorial Sudamericana.1983.Página 161.
[26] Texto extraído de la REVISTA DE HISTORIA BONAERENSE, N° 9, año 1996, y enviado al autor por el Instituto de Historia de Morón y por su Directora la Profesora Graciela Sáez.

[27] Gnemmi, Arnoldo Argentino. “Belén de Escobar: el porqué de sus nombres. 2das jornadas de Historia del Partido del Pilar, 1992.
[28] Chávez, Fermín. En conferencia dictada en Escobar en 1989.