lunes, 31 de mayo de 2010

La opinión del Ing. Canio Nicola Iacouzzi

EL ING.CANIO NICOLA IACOUZZI, es uno de los "Padres" del Partido de Escobar. Su presencia y acción en las instancias que nos independizaron del Partido del Pilar, ha sido importantísima. Su inteligencia y ciencia, puestas al servicio de la construcción de Escobar, han sido incomparables. En su mente, pudo ver todo, antes de concretarlo. Y una vez realizado, continuó levantando instituciones e insuflando la llama sagrada que toda civilización duradera porta. No solo lo vemos, edificando la Plaza Central de nuestro Partido Provincial, sino inaugurando instituciones solidarias. Como un viajero llegado del Rinascimento, supo materializar, proyectar y sembrar, construcciones con proyección humanista. Como fue partícipe de nuestra independencia y libertad escobarenses, nos trae ahora, en este siglo XXI, la reflexión concreta del tiempo pasado y del por venir. Nos inspira infinitud y compromiso a la vez. Nos invita a seguir viviendo, como individuos sociales, es decir, conservando nuestra libertades y el bien común. Tal el humanismo, que el Ing. Iacouzzi nos ha proyectado desde que llegó de Italia. Ha sido declarado CIUDADANO ILUSTRE. Y esa categoría parece palidecer, cuando se cuentan sus obras, dichos y proyecciones.


BICENTENARIO.


A la mente humana le resulta poco plausible darle la cabida que le

toca a la palabra BICENTENARIO: La vida común de los hombres no

alcanza a archivarla entre las cosas conscientes. Es que hay que

encasillarla entre los jalones importantes en el devenir de una

nación.

Argentina despierta este año en el contenido trascendental de esta

mágica palabra. Todos los habitantes de esta bendita tierra deberían

hacer un alto en los quehaceres de la vida cotidiana para adentrarse

en el místico presente de una verdadera identidad.

Un puñado de hombres la forjó: mas para no archivarla entre las cosas

desechables, sino con el propósito de tener entre manos una antorcha,

que va trapasando de manos en manos en personas iluminadas.

Es un reto que no caduca nunca: fatal para los improvisados, que no

sepan interpretar el valor de las tareas que les han encomendato. .