miércoles, 11 de noviembre de 2009

LA TRADICION COMO VALOR FUNDANTE: por el DIA DE LA TRADICION

Si la Cultura, es una conformación de valores, como ha dicho el historiador Fermín Chávez, entonces es la Tradición, el espíritu que la anima, que la sustenta…



Y nuestras Tradiciones, están en el campo. En su geografía, en sus hombres, y desde ya en su historia. Entonces, surge la figura de Hernández. Quizás la síntesis más acabada, de una cultura como la nuestra, debatiéndose aún, en definiciones contaminadas por la teoría externa del progreso indefinido, en aquellos tiempos, y en estos del llamado mitro-marxismo. Pero si  hablamos de Hernández, tenemos que hablar del Martín Fierro, nuestro máximo poema nacional. No se concibe uno sin el otro. Contraviniendo la regla de la literatura, que dice: el autor no debe ser el personaje. No nos importa. El Martín Fierro, es también el hombre que creó esa obra monumental. Sin Hernández, Fierro, hubiera sido Don Segundo Sombra, es decir, el peón de campo, lejos, muy lejos, de aquel centauro que amaba la libertad, los cielos azules de las pampas y esas pampas verdes…Hernández, fue de todo. Periodista, Senador de la Provincia de Buenos Aires, comerciante, Ministro, federal, soldado, y…gaucho. Un gaucho muy especial, que se hizo en el campo, que no perdió sus raíces, pese a su gran inteligencia, que, como todos sabemos y al menos en la Argentina, suele pensar desde fuera el País…El no. Siempre defendió la tierra, nuestra tierra. Allá en Camarones, comprendió más que ninguno, que la Patria es el lugar dónde se nace y la memoria de los antepasados. Y que el hombre de esas tierras, fue el blanco preferido de cuanta injusticia se pudiera inventar. FEDERAL, como el que más, supo del poder del centralismo porteño, por eso luchó por las autonomías. Luchó junto al Urquiza confuso. Para después sangrar con uno de los últimos caudillos López Jordán..Y…no podía ser de otra manera, Sarmiento lo tuvo en la mira hasta hacerlo exiliar…Sarmiento odiaba al gaucho, con la misma pasión que Hernández lo consideraba el hacedor de la argentinidad. Hernández, por ejemplo, defendió a ese Chacho Peñaloza, que se dio cuenta que el unitarismo lo había utilizado para dividir al federalismo…Tarde…fue asesinado y degollado y su cabeza fue expuesta en la plaza pública…Sarmiento en cambio se alegró y ascendió a sus asesinos…además de considerar a nuestros hombres de campo, animales cuya sangre solo servía para regar la tierra…Hernández, no. Creyó que en ese Fierro corrido por los jueces de paz y sus injusticias terribles, la vida en los fortines y un gobierno ajeno a la gente, estaba un país que quería su identidad. Por eso no es antojadiza ésta fecha, la del 10, porque es el nacimiento de Hernández. Es decir, es el origen de la conciencia tradicional, que siempre debe estar presente en la educación y la cultura argentina. Con Hernández, se localizó al gaucho en nuestra sociedad. Porque luego de la caída de Rosas en 1852, se lo borró de toda consideración. La guerra llevada a cabo por los unitarios, franceses e ingleses, contra el único gobierno popular y legítimo del siglo XIX, es decir, el del restaurador de las leyes, precipitó nuevamente al gaucho en el concepto extranjerizante de “patriotas campesinos”. Concepto que enervó al mismo Padre de la Patria. Lo cierto es que el Martín Fierro, es quizás la semblanza ex temporal, de la historia de nuestro pueblo, sus luchas y triunfos, su planteo cultural más directo, es decir, el de la propia realidad como comienzo de cualquier futuro posible para la Argentina. Hernández defendió a la argentinidad, desde su banca de diputado, desde el campo de batalla, y desde ya, desde nuestro máximo poema, el MARTIN FIERRO. Que, a mi entender, todos los argentinos, deberíamos saber mucho más, sus glosas maravillosas, analizar su filosofía, para entender así, nuestros tiempos como país…

1 comentario:

Anónimo dijo...

Exelente.

Jose de Matheu