Cuando observamos las vías férreas, cortando literalmente las ciudades que conforman el Partido de Escobar hoy. Contribuyendo al caos vehicular y al permanente “corte” en dos del centro urbano. Le sumamos la urbanización de Ing. Maschwitz, parecidísima a la ciudad de La Plata y Campana, por sus diagonales y plaza. En ella y en medio, el busto de Emilio Mitre mirando la Estancia Los Arenales. La urbanización de Belén de Escobar con su eje en la Estación Ferroviaria y lejanísima al Río Paraná. Que la Plaza de Escobar frente a la Iglesia Natividad del Señor, con un diseño y trazado al modo español. Y que hubo otra plaza que no fue. Que en la misma Maschwitz, habitó Benito Villanueva, vicepresidente de la Nación, Presidente de Sociedad Rural Argentina, criador de caballos de raza, que se vendían en Inglaterra. Que la Estación Maschwitz, pasa a escaso metros de la antigua estancia Los Arenales del mismo Villanueva, y que sabemos que el tren ahí sí paraba para acomodar su preciosa carga de caballos de raza. El poderoso interés del Ing. Carlos Maschwtiz en construir los terraplenes para el ferrocarril, que aún existen. Que en Matheu, fue vital a la cadena de molinos harineros, estar cerca del ferrocarril, debemos reflexionar sobre éste ordenamiento y concluir que no fue caprichoso. Amerita analizar la geopolítica que se imprimió en la zona y que tuvo al Progreso desde afuera, como marketing principal en 1877. Recordemos entre otras características que: El iluminismo como ideología y geopolítica europeas, se basa en el universalismo de la razón y en la apropiación de la Historia del otro.
La legitimación de éste concepto iluminista en nuestra zona, correspondió en principio a un aviso de remate que descubrió el Sr. Arnoldo Gnemmi. Pero los antecedentes de ésta delimitación y el concepto del paso civilizador del ferrocarril y la presencia de una posible posta de caballos viene de mucho antes. La Revista Autoclub – Número 160, de Marzo de 1980 - definieron por mucho tiempo el origen de Escobar. Gnemmi, en un artículo aparecido en un libro de 1992 “Segundas Jornadas de Historia del Partido del Pilar 1992”, página 168, lo dice expresamente:
Cómo obedeciendo a un mandato divino, el 4 de marzo de 1877, nace en las praderas de la Cañada de Escobar, el nuevo pueblo de Belén”.
El año anterior, 1876, se había inaugurado la línea férrea Buenos Aires-Campana. Una vez planteado el tema, otros investigadores (Juan Pablo y Aldo Abel Beliera) retomando el concepto de ferrocarril-progreso-civilización, no hicieron más que multiplicar la racionalidad iluminista. Como si se necesitara un origen, una madre y una identidad, no se reflexionó más sobre el tema. Había detrás de éste dato -4 de marzo de 1877- toda una epistemología y desde ya una geopolítica definida desde el exterior. Fue el “marketing” epocal de 1877. La prueba que el iluminismo nos daba, del progreso cierto.
Gnemmi continúa luego en la página 169 del mencionado libro con un relato aparentemente ucrónico que preanuncia en la página 168:
Hagamos volar la imaginación-dice- y situémonos en un soleado día del mes de febrero del año nombrado – 1877 – Un tren procedente de la ciudad de Buenos Aires surca las fértiles tierras de la Cañada de Escobar, atrás va quedando el arroyo madre que le dio origen, y los pasajeros entretienen la vista en alguna casona, galpones o ranchos de las estancias del lugar. Ovejas, caballos, plantaciones de maíz. Nada indica que el tren vaya a detenerse, pues al no existir estación está convenido que quien necesite viajar haga desde lejos las señas correspondientes…muy a la distancia se observa una densa humareda que proviene de una destilería de alcohol logrado con maíz, construida junto a las prominentes barrancas cercanas al río Luján…
….” ¿Cuál es el motivo del viaje de la Señora? ¿Y el porqué de los papeles que ha repartido? NADA MENOS QUE EL PREANUNCIO DE LA FUNDACIÓN DE UN PUEBLO, QUE SE LLAMARÁ BELÉN, por decisión de la respetable dama[1], que lleva el plano de un loteo… “
Se asemeja ésta relativa ucronía, y la acción llevada a cabo en 1877, a la que efectuaría Roca en el “Desierto”, que, como todos sabemos, había más gente, que en la entonces portuaria Buenos Aires. La diferencia está en:
Primero. Quién define. Segundo. Qué o a quienes estamos definiendo. Roca en ese tiempo, y buena parte de los interesados en expandir el territorio por cuestiones que vimos en el anterior capítulo, fueron iluministas, es decir, que si no encajaban –esos humanos y su existencia- en la racionalidad, no existían, o eran parte de las sociedades tradicionales o bárbaros, en el decir de Sarmiento. Gnemmi nos habla de casas, galpones, de trabajo, de maíz, de destilería, de estancias, de nombres, de identidad. ¿Es decir, que esa agrupación humana que venía desde el tiempo de la colonia española, aún, no era un pueblo? Faltaba…que el ferrocarril tuviera una Estación fija. Que la “civilización” importada bendijera el lugar con su presencia. Y que fuera el ferrocarril inglés…quién FUNDARA[2] Escobar, pero el verdadero pueblo el nuevo, no el que ya había nacido en tiempos de la Colonia o más atrás.
Gnemmi, al final de la página 169 se disculpa por la geopolítica aplicada:
“Los talleres Kraff de Buenos Aires imprimieron los afiches de propaganda ilustrativa del remate de 80 manzanas, divididas en partes iguales por las vías del ferrocarril, con la estación en el centro, es decir, un pueblo partido en dos, con una plaza en cada lado, sin avenidas o diagonales que le den amplitud. SIN DUDA UN ERROR INVOLUNTARIO DE SUS DIAGRAMADORES.”
Vale la pregunta… ¿los empleados diagramadores de afiches fueron los que organizaron urbanísticamente a Belén de Escobar? ¿Nadie aconsejó una planificación como la de Campana por ejemplo, que no tiene el ferrocarril en el medio del “pueblo” y está al lado del río? Y se agrava el hecho, porque nadie detuvo esa redefinición del espacio vital que el pueblo de Belén iba a sufrir.
En otro sentido, el investigador Juan Pablo Beliera Virgadaula, que evolucionó desde la genealogía de su propia familia, al proto relato histórico zonal, no se salió mucho del esquema iluminista importado. Leemos del mencionado Virgadaula:
“EL PRIMER REMATE
Finalizada la mensura y trazado del futuro “pueblo” se procedió a promover la venta de lotes, mediante el volante que especifica el suceso comercial en los siguientes términos: - y menciona aquí el texto del volante que ya vimos- ESTE ACONTECIMIENTO COMERCIAL, REALIZADO EN EL AÑO 1877, FUE EL PUNTAPIÉ INICIAL QUE PERMITIÓ EL POBLAMIENTO DEL PUEBLO DE BELÉN”[3]
Pareciera que también para Beliera Virgadaula, las agrupaciones humanas existentes desde la época de la colonia, que poseían una identidad y una conciencia geográfica, una organización de las fuerzas productivas y una cultura, no calificaban para ser pueblo.
Pero no habla de Fundación, solo de creación:
“ Mediante ordenanza 2.016/96, se instituyó como fecha de simbólica creación del pueblo de Belén, hoy Ciudad de Belén de Escobar, el día 4 de marzo de 1877, tomando como punto de partida ese loteo y posterior remate que permitió el asentamiento de NUEVAS FAMILIAS en los terrenos aledaños a la Estación Escobar”[4]
Pero también nos da a entender que el iluminismo se apropió de la Historia, como describíamos en el punto 1 de éste trabajo. Se refiere aquí a nuevas familias en los terrenos aledaños a la Estación Escobar. ¿Los que no vivían cerca del ferrocarril, no eran también el Pueblo de Escobar? El pensamiento de la Generación del 80, inmiscuido en las investigaciones de historia regional. El etnocentrismo y el europeísmo al uso nuestro. Y una opinión la de Virgadaula, a dos aguas, ambigua, porque habla de “simbólica creación” y de “punto de partida” de ese loteo para el asentamiento de NUEVAS FAMILIAS. Si vinieron nuevas familias, quiere decir que había otras, por ende, ya había pueblo. Además, su libro se titula Historia del Poblamiento de los pueblos del Partido de Escobar.
Esta racionalidad ha generado no pocas contradicciones. Es que el hecho de haber nacido en un país y pensar desde otro, causa no pocos desgarramientos-Alberdi-. Podríamos decir que es nuestra lucha interna –todos- aquí las leemos en Gnemmi y las tiene Beliera:
“EL POBLAMIENTO Y LA FORMACIÓN DE LOS PAGOS
La Fundación de Buenos Aires y sus repartimientos de tierras, iniciaron la colonización de estos territorios, dando lugar al establecimiento de las primeras estancias o poblaciones, en una gran franja territorial que se conoció como la campaña de Buenos Aires.”
¿Entonces había POBLACIONES? ¿O estancias y poblaciones es lo mismo? ¿Poblaciones, viene de pueblo? Virgadaula lo aclara en una nota al pie de la página 13[5], pero dice lo que nosotros: eran lugares donde se establecieron las primeras familias dedicadas generalmente al acopio de ganado cimarrón. Y lo repite en todas las publicaciones. Y es más, al haber practicado la genealogía familiar, se encontró con que antes del ferrocarril…había pobladores. No agrega ni quita nada al comentario propio. Sigue diciendo y aceptando que había gente. No la acepta como pueblo. No puede resolver los términos pueblo-ferrocarril inglés-fundación. Deambula en la reducida brecha del liberalismo del siglo XIX. En suma, la campaña bonaerense estaba habitada antes del camino de hierro que hicieron los ingleses. Pero sigue aclarando y repitiendo Beliera Virgadaula:
“EL FERROCARRIL Y LA FORMACIÓN DE LOS PUEBLOS
Recién a finales del siglo XIX, con la construcción de los ramales ferroviarios, que cubrían el trayecto Buenos Aires-Campana, habilitado el servicio en el año 1875 y el otro, desde la estación Victoria hasta Coronel Zelaya, habilitado en 1892, se INICIÓ LA OCUPACIÓN DE LOS TERRITORIOS UBICADOS A LA VERA DE LAS PARADAS O ESTACIONES FERROVIARIAS, instaladas a lo largo de esos ramales.
El primer paso consistía EN MENSURAR Y DIVIDIR ESAS TIERRAS EN MANZANAS, FRACCIONARLAS A SU VEZ EN LOTES Y LLEVAR A CABO EL MARCADO DE SUS CALLES. ESTE TRAZADO URBANÍSTICO, SE EFECTUABA EN UN AREA LIMITADA A LOS CONTORNOS DE LAS ESTACIONES. LA VENTA DE LOTES, SE REALIZABA MEDIANTE EL REMATE PÚBLICO. ESTE FENOMENO COMERCIAL, FUE SIN LUGAR A DUDAS, UN HECHO SIGNIFICATIVO, QUE PERMITIÓ EL ASENTAMIENTO DE NUEVOS GRUPOS FAMILIARES, EN UN LIMITADO ESPACIO FISICO, DENOMINADO GENERICAMENTE COMO “PUEBLOS”, QUE GENERALMENTE TOMABAN EL MISMO NOMBRE QUE LAS ESTACIONES FERROVIARIAS. “
Nos sigue diciendo Virgadaula, que ya había gente. Lo repite. Pero lo dice rápido.[6] No es importante al iluminismo. Es el pasado. Es la sociedad tradicional que describen los que adscriben a la sentencia sarmientina de “civilización o barbarie”. Le importan si, los “nuevos grupos familiares”. Y nos da a entender que fue la geopolítica británica quién organizó el espacio y el tiempo de la campaña bonaerense. Menciona un hecho tan trascendental como el pueblo, como algo “genérico”, cuando en realidad es un hecho único. Nos está diciendo, que tenían poca importancia para los ferrocarriles lo que había en medio de la Estación Central y el final de la línea[7]. En este caso el Puerto de Buenos Aires y el Puerto de Campana. Pero Virgadaula reconoce que había gente en la región:
Página 42 del libro El Partido de Escobar, estudio histórico genealógico, dónde Beliera Virgadaula realiza una cronología de la venta de tierras en el Siglo XVIII:
“…Venta de una estancia poblada en el Pago de Luján, de ésta banda del río en la Cañada que llaman de Escobar…”
En el mismo libro, y en la página 83:
“Este tercer censo se practicó, a fines de otoño de 1744, dando una cifra en la Campaña de Buenos Aires igual a 3.367 hombres; 2.688 mujeres; 2.476 sin especificar, 1.101 indios, negros, mulatos, mestizos y pardos; dando un total de 9.632 vecinos.
El pago de Luján estaba constituido por 151 familias, EL SECTOR MAS POBLADO ERA LA CAÑADA DE ESCOBAR, la que desde sus nacientes (Gral. Rodríguez) hasta el Rincón de la Cañada, contaba con sesenta y ocho familias asentadas, CON CHACRAS, de las cuales cincuenta y tres ARRENDABAN tierras a Fermín de Pesoa y dos a Manuel de la Cruz y Martínez.
En referencia al Rincón de la Cañada de Escobar, éste sector estaba POBLADO por doce familias con un total de 71 miembros, TODOS CON TIERRAS PROPIAS, ESTANCIAS Y HACIENDA…”
Luego hace un listado con nombres y apellido de los pobladores – Familias que poblaban el Rincón de la Cañada de Escobar. En el Capítulo V habla de pobladores destacados ¿? Página 231. Claro, los destacados eran propietarios de tierras, comerciantes o funcionarios. Siempre hay una atmosfera de “estructura vacía”, de Estancia lejana, dónde solo hay campos, vacas, ovejas, peones y…el estanciero. Que, junto al vendedor y comprador de tierras, parecen ser toda la historia posible.[8] Y NADIE MÁS. Nos referimos al actor principal de la historia: el colono primero, el gaucho después. No hay vida cotidiana, es decir, la historia que se construye todos los días. Tanto el pulpero, como el resero y el arriero. Que junto a nuestros ríos y arroyos, eran el pueblo de entonces y su geografía. Junto a los propietarios pequeños y los grandes también.
Hay en la historia apropiada del 4 de marzo de 1877, una permanente alusión al Tiempo, pero no a los tiempos. Es decir. Que todos los nombres que menciona, fueron los antepasados de actuales familias. Hecho que no continuó en 1877. Un Tiempo estanco. Y una sociedad tradicional como la llamó el evolucionismo antropológico y Sarmiento entre nosotros. El pasado idílico del gaucho, el centauro de las pampas. Hasta 1877. ¿Qué pasó con esas familias cuando llegó el ferrocarril en 1877? ¿Dejaron de ser los primeros, porque su procedencia viene de la conquista y de la colonia y el Pueblo solo comenzó a ser tal, luego del Ferrocarril inglés? ¿El Nuevo pueblo como dice el cartel de remate borró la Historia desde la colonia hasta el ferrocarril?
Leemos la confirmación directa de éste error conceptual en la Revista La Hoja de Escobar del 1 de marzo de 1996:
“…El anterior detalle de las investigaciones que realizamos en 1983/84 –se refieren al plano de remate de Gnemmi-, CREEMOS QUE NO DEJAN DUDAS, QUE EL PUEBLO DE BELEN, AL NO EXISTIR UNA FORMAL ACTA DE FUNDACIÓN, NACIÓ OFICIALMENTE EL DIA DOMINGO 4 DE MARZO DE 1877, CUANDO SI COMENZÓ OFICIALMENTE EL REMATE DEL POBLADO, A CUYO CARGO ESTUVO EL REMATADOR, VENIDO DEL PUEBLO DE SAN MARTIN, DON LISANDRO MEDINA.” [9]
No. No hay ningún indicio de OFICIALIDAD alguna en el remate privado de 1877. No hubo NADIE OFICIAL, que representara a un organismo OFICIAL, para efectuar la fundación o que trajera la autorización OFICIAL, para el trazado del ejido urbano. Salvo que consideren los autores, que la manía ferroviaria de entonces y su prédica de progreso indefinido, más la especulación de tierras, fuera UN ARGUMENTO OFICIAL. Tal vez.
Pero Beliera aporta un concepto interesante surgido de la misma ideología iluminista:
“ La Pampa, ese paisaje tan especial de inmensas y apenas onduladas llanuras, de verdes pastizales, surcada de ríos, arroyos y cañadas, con pequeños montes aislados en el horizonte, fue el escenario dónde se formaron los primitivos pobladores y en donde instalaban sus primeras estancias, mediante el acopio de ganado realengo, cambiando, no solo su aspecto físico y espiritual, sino, que afianzaron los conceptos de COMUNIDAD, CUNA, NACIONALIDAD, ORÍGEN, PROCEDENCIA, NOCIONES BASICAS, que le permitieron tomar conciencia de “PATRIA”.[10]
En consecuencia, el PUEBLO, concepto que hacemos coincidir en éste caso con el de PATRIA, en el prólogo de éste libro: la patria es el lugar dónde se nace y la memoria de nuestros antepasados. Frase atribuida al escritor revisionista José María Rosa. Tal cual. Antes de 1877, había pueblo entonces. Una nacionalidad, como se dice arriba.
En la página 74 leemos:
“…la Revolución de Mayo, punto de partida, de muchas luchas intestinas, hasta llegar a la Organización Nacional, cuando la Patria obtuvo el rango de Nación.” [11]
Todas las revoluciones han periodizado el tiempo. La nuestra de 1810, no fue una excepción. Y es más una categoría política, que histórica, propiamente dicha, porque a partir de ella, se segmentó la acción de los hombres en el pasado, de acuerdo a quienes eran, que intereses tenían y con qué partido estaban. Pero tratemos todos de ser coherentes. La Historia – con mayúscula-comenzó a construirse antes de la Conquista, con los primeros pobladores, y en 1751 se aglutina con los oratorios Bethlemitas, comenzó otra etapa, hasta 1810, que, se inicia otra concepción del espacio. Pero la Nación[12], y en nuestro caso, es una existencia permanente. Así como no podemos separar en nuestro país, el término Estado-Nación, menos aún el de Nación-Patria. Creer a pie juntillas, que la Nación se inició en Mayo de 1810, o en 1860, es ser iluminista, recordemos: es haberse apropiado de una historia que comenzó mucho tiempo antes, con los antiguos POBLADORES, como le dicen al pueblo Gnemmi-Beliera. Es darle un sentido ajeno a la propia evolución. Como realmente ocurrió desde las geopolíticas que se apropiaron de nuestro espacio vital. Es la vieja y siempre recurrente línea histórico-política, Mayo-Caseros.[13]La ausencia total de profundización en la historia nacional y provincial, y lectura de fuentes diversas, más la posibilidad de contextualizar hechos propios en el contínuum temporal, genera en muchos investigadores la creación de cronotropos y universos concentracionarios. Se tuvo una visión inmobiliaria[14] de la región, que anuló toda otra consideración. A la vez, cierta funcionalidad con la ideología preponderante. Estos espacio-tiempo que se generan presentan las siguientes características:
Allí sucede todo. Es un relato autosuficiente. No hay causas externas determinantes y las que se aceptan, se aceptan totalmente, sin análisis, en desmedro de las causas internas. Todo se hace por obra de ciertos demiurgos, benefactores, el Estado Municipal, empresas o instituciones. Estos son los únicos ejes de estudio. Nada por propia evolución sociocultural. No existe el conflicto social. Menos aún la alternativa en todos sus aspectos. No hay contracultura alguna. Es la línea temporal recta y rígida, del iluminismo, cuando se apropia de la Historia y le da su propio sentido y segmentaciones. Vemos así, que éste historicismo apropiado, es también un instrumento de negación de nuestra cultura nacional y dentro de ella, de nuestra Historia. Y vaya si no se apropió del pasado el ferrocarril inglés al determinar que desde allí se “fundaron o crearon” nuevas poblaciones, como ha escrito Beliera Virgadaula y Gnemmi. Directamente no tomaron en cuenta las anteriores agrupaciones humanas, al ferrocarril. Pero… ¿qué es un Pueblo? Porque es el concepto, es sí, nuestro eje de debate y propuesta. Concepto desvirtuado y despojado de significado por los investigadores mencionados, como reflejo de la ideología que animó a la Generación del 80 y que por cuestiones educativas, todos, fuimos rociados.
Un pueblo, según el Diccionario de Ciencias Sociales y Políticas está relacionado con la identidad:
“Las identidades colectivas que cristalizan en la idea de pueblo pueden tener como aspectos esenciales la comunidad de un territorio (el pueblo del Nilo, el pueblo de París) la identidad histórico religiosa (el pueblo Judío), la identidad cultural (el pueblo quechua) la identidad política (el pueblo argelino) o la identidad social (el pueblo trabajador). En los hechos los diversos componentes se combinan, aunque no siempre.”[15]
Los autores mencionados no tomaron en cuenta el tema de la identidad. Y los habitantes de entonces, la poseían. Había una referencia geográfica, -comunidad de un territorio- una cultural, religiosa y faenas –el mundo rural colonial y post colonial- por las cuales se ganaban la vida. ¿El pueblo del Valle de Santiago, no es un pueblo? ¿El pueblo de la Cañada de Escobar? ¿El pueblo del oratorio religioso Bhetlemita? No solamente es pueblo, quienes se adaptan o se relacionan con las nuevas tecnologías, sino aquellos que han intervenido en la evolución social y cultural. Obviamente, el hombres es también, un ser tecnológico. En consecuencia, ya había un pueblo, en el sentido que le damos, en el antiguo Escobar.
Esto no quiere decir, de ninguna manera, una resta de méritos a Doña María Eugenia Tapia de Cruz. Fue como muchos argentinos, un reflejo de la época, de su época. No cabe ninguna duda, que su mirada, fue la del “progreso indefinido”. Y quiso “crear” nuevas condiciones y aconteceres en el lugar donde habitaba. Un nuevo comienzo. En realidad fue la primera empresaria de la zona[16]. Creando así –un nuevo espacio vital- con sus limitaciones epocales, creyeron los escobarenses del 1870, que seguían las tendencias de su tiempo. No sabrían que esas líneas económicas, no eran propias, y que no se dirigían a un crecimiento sostenido de nuestra zona.
De todas maneras, el trabajo no fue en vano. Se logró despertar así una conciencia histórica faltante. Por ellos, se salió de la etapa mítica y se entró en la era testimonial. Viene ahora la historia proceso, que además del dato, es validación y reflexión, desde nosotros. Nunca más desde geopolíticas externas. La iniciadora de éste sentimiento histórico de pertenencia y respeto al pasado y a sus hacedores, fue sin lugar a dudas la Profesora Argentina Harrand de Travi con la edición en 1974 de un libro de historia ,por la Municipalidad de entonces- que definió como de Semblanza del Partido de Escobar. La Profesora Harrand de Travi, tocó puntos interesantes en la evolución social y cultural. La presencia de los Padres Bethlemitas por ejemplo. Y la impronta de la familia Cruz, claro. El oratorio de Betancourt –como otros- es considerado también un eje de población. Tema éste que desarrollaremos en los siguientes puntos. Efectúa una cronología de la estructura productiva. Menciona hechos culturales definitivos. Describe la geografía como marco total. Con el aforismo que sita, desde las palabras de Leopoldo Marechal, que la “patria es una herida que no cierra”, indica que la nación es una construcción permanente, desde nosotros y con nosotros. La mencionada docente nos recuerda por su estilo argumentativo a los “publicistas” del siglo XIX .Pero al hacer hincapié en vivencias locales, para reflexionar, es también historicista y herderiana. Recordemos que ese grupo de argentinos –los ochocentistas- tuvieron siempre en claro sus metas y acciones. Educativa y culturalmente, estaban munidos de la universalidad valorativa del momento. El estilo coloquial de la profesora mencionada y su cultura a “flor de piel”, como muchos pudimos comprobar, evidenciaba a las claras ésta forma de existir.
[1] En 1877 ya existía todo un protocolo oficial –Doña Eugenia, no pertenecía al gobierno-para el importante tema de FUNDAR pueblos. Además, esto es imposible, porque el pueblo de Escobar ya existía.
[2] En ese entonces los iluministas locales agitaron desde la prensa local, y publicaciones privadas, que ese hecho fue la fundación oficial de Escobar, por parte de los señores Melidore, Gnemmi, Dechima, y Ranne. Afirmación muy ligera pero cargada de la ideología de 1877, por lo tanto no estaban “historiando” sino haciendo política. Este autor desde el año 1988, ha venido advirtiendo del error conceptual. La consecuencia de mi planteo, y el debate permanente, hasta hoy, ha sido el “ablandamiento” y mutación del término fundación por creación, del señor Beliera Virgadaula en sus publicaciones. De todas maneras la carga del iluminismo y el europeísmo con respecto al origen –el ferrocarril británico- sigue presente en los libros y los pedidos a los distintos gobiernos municipales-desde el ex intendente Luis Patti, que lo festejaba en Plaza San Martín, ante una confundida concurrencia, -para que se le otorgue categoría de “acto oficial”. No lo es, claro está, porque fue un acto comercial privado. Debería ser festejado sí, por el Centro de Industria y Comercio como uno de los primeros hechos comerciales de la zona, es decir, un loteo.
[3] Beliera, Juan Pablo. Historia del Poblamiento de los Pueblos del Partido de Escobar. Editado por la Imprenta del Congreso de la Nación, setiembre de 2001.Página 15.
[4] Lamentablemente en ese año, el HCD no realizó ninguna otra consulta al respecto. La Comisión encargada de esos temas no analizó en profundidad y con especialistas en el tema, nada más ni nada menos que la creación, fundación, evolución, o traza, de una localidad. Tampoco revisaron los archivos del gobierno de la provincia. Menos aún se registraron debates de la importancia que el tema requería. La filosofía iluminista y el discurso único de los investigadores, fue el “fundamento y substancia” de la Ordenanza.
[5] Ibídem
[6] Y lo repite en un pequeño cartel indicador, bajo el cuadro al óleo de Doña Eugenia Tapia de Cruz de la siguiente manera: Retrato al óleo de Eugenia T.de Cruz (1803-1888), esposa de José Antonio Cruz (1887-1837), propietario de las tierras donde en 1877 se asentó el pueblo Belén hoy ciudad de Belén de Escobar. La reproducción es textual y se conserva en el Museo Campiglia. Se suma un segundo error al constatar que esa imagen no es de Maria Eugenia Tapia de Cruz, sino de su hermana –Feliciana Cruz, como afirma César Larrondo en un libro del año 2005.
[7] Lo dice Gnemmi: Nada indica que el tren vaya a detenerse, pues al no existir Estación, está convencido que quién necesite viajar HAGA DESDE LEJOS LAS SEÑAS CORRESPONDIENTES. Gnemmi, Arnoldo. Segundas Jornadas de Historia del Partido de Pilar.1992, Página 169.
[8] Es la visión geopolítica de todos los conquistadores de todos los tiempos y lugares: en la tierra invadida no hay nadie, por más que haya gente. Lo hizo Roma antigua, y llamó a los naturales Bárbaros. España, en su fase de ocupación. Y Roca, cuando “conquistó” el Desierto. Y el Ferrocarril, cuando buscó ríos y puertos. Nota del autor
[9] Melidore, Alfredo y Dechima, Rubén. “Aportaciones y citas de la Historia de Escobar. Octubre de 1984.
[10] Beliera, Juan Pablo. El Partido de Escobar. Estudio crítico Histórico Genealógico. Editado por el CID Agencia Periodística en 1997. Página 73 y 74.
[11] Ibídem. Página 74.
[12] Carlos Strasser, dice que el Estado es la organización que impone y/u obtiene acatamiento de la población valiéndose tanto del poder o la coerción como de la autoridad o legitimidad para lograr ese objetivo. En Teoría del Estado, BsAs, Abeledo Perrot, 1986, pp.20-25.
[13] La de un Mayo de 1810 cristalizado en la ciudad-puerto de Buenos Aires, en desmedro de las regiones interiores y sus gauchos. Y un Caseros. La batalla perdida de Rosas, que permitió imponer una Argentina agroexportadora y dependiente del taller del mundo: Inglaterra.
[14] El espacio vital tomado como un bien de compra y venta, con sus valores, propietarios y compradores y vendedores. Que no es el único ángulo por dónde mira la historia. Y menos aún se agota una historia local considerando las ventas de tierras, apellido de compradores y vendedores.
[15] Torcuato S. Di Tella. Diccionario de Ciencias Sociales y Políticas. Editorial Puntosur. 1989. Página 495.
[16] Definición vertida por el Licenciado en Historia Alberto Mesa, que sostiene también la no-fundación oficial de Belén de Escobar en 1877, categorizando al hecho como de comercial privado.
La legitimación de éste concepto iluminista en nuestra zona, correspondió en principio a un aviso de remate que descubrió el Sr. Arnoldo Gnemmi. Pero los antecedentes de ésta delimitación y el concepto del paso civilizador del ferrocarril y la presencia de una posible posta de caballos viene de mucho antes. La Revista Autoclub – Número 160, de Marzo de 1980 - definieron por mucho tiempo el origen de Escobar. Gnemmi, en un artículo aparecido en un libro de 1992 “Segundas Jornadas de Historia del Partido del Pilar 1992”, página 168, lo dice expresamente:
Cómo obedeciendo a un mandato divino, el 4 de marzo de 1877, nace en las praderas de la Cañada de Escobar, el nuevo pueblo de Belén”.
El año anterior, 1876, se había inaugurado la línea férrea Buenos Aires-Campana. Una vez planteado el tema, otros investigadores (Juan Pablo y Aldo Abel Beliera) retomando el concepto de ferrocarril-progreso-civilización, no hicieron más que multiplicar la racionalidad iluminista. Como si se necesitara un origen, una madre y una identidad, no se reflexionó más sobre el tema. Había detrás de éste dato -4 de marzo de 1877- toda una epistemología y desde ya una geopolítica definida desde el exterior. Fue el “marketing” epocal de 1877. La prueba que el iluminismo nos daba, del progreso cierto.
Gnemmi continúa luego en la página 169 del mencionado libro con un relato aparentemente ucrónico que preanuncia en la página 168:
Hagamos volar la imaginación-dice- y situémonos en un soleado día del mes de febrero del año nombrado – 1877 – Un tren procedente de la ciudad de Buenos Aires surca las fértiles tierras de la Cañada de Escobar, atrás va quedando el arroyo madre que le dio origen, y los pasajeros entretienen la vista en alguna casona, galpones o ranchos de las estancias del lugar. Ovejas, caballos, plantaciones de maíz. Nada indica que el tren vaya a detenerse, pues al no existir estación está convenido que quien necesite viajar haga desde lejos las señas correspondientes…muy a la distancia se observa una densa humareda que proviene de una destilería de alcohol logrado con maíz, construida junto a las prominentes barrancas cercanas al río Luján…
….” ¿Cuál es el motivo del viaje de la Señora? ¿Y el porqué de los papeles que ha repartido? NADA MENOS QUE EL PREANUNCIO DE LA FUNDACIÓN DE UN PUEBLO, QUE SE LLAMARÁ BELÉN, por decisión de la respetable dama[1], que lleva el plano de un loteo… “
Se asemeja ésta relativa ucronía, y la acción llevada a cabo en 1877, a la que efectuaría Roca en el “Desierto”, que, como todos sabemos, había más gente, que en la entonces portuaria Buenos Aires. La diferencia está en:
Primero. Quién define. Segundo. Qué o a quienes estamos definiendo. Roca en ese tiempo, y buena parte de los interesados en expandir el territorio por cuestiones que vimos en el anterior capítulo, fueron iluministas, es decir, que si no encajaban –esos humanos y su existencia- en la racionalidad, no existían, o eran parte de las sociedades tradicionales o bárbaros, en el decir de Sarmiento. Gnemmi nos habla de casas, galpones, de trabajo, de maíz, de destilería, de estancias, de nombres, de identidad. ¿Es decir, que esa agrupación humana que venía desde el tiempo de la colonia española, aún, no era un pueblo? Faltaba…que el ferrocarril tuviera una Estación fija. Que la “civilización” importada bendijera el lugar con su presencia. Y que fuera el ferrocarril inglés…quién FUNDARA[2] Escobar, pero el verdadero pueblo el nuevo, no el que ya había nacido en tiempos de la Colonia o más atrás.
Gnemmi, al final de la página 169 se disculpa por la geopolítica aplicada:
“Los talleres Kraff de Buenos Aires imprimieron los afiches de propaganda ilustrativa del remate de 80 manzanas, divididas en partes iguales por las vías del ferrocarril, con la estación en el centro, es decir, un pueblo partido en dos, con una plaza en cada lado, sin avenidas o diagonales que le den amplitud. SIN DUDA UN ERROR INVOLUNTARIO DE SUS DIAGRAMADORES.”
Vale la pregunta… ¿los empleados diagramadores de afiches fueron los que organizaron urbanísticamente a Belén de Escobar? ¿Nadie aconsejó una planificación como la de Campana por ejemplo, que no tiene el ferrocarril en el medio del “pueblo” y está al lado del río? Y se agrava el hecho, porque nadie detuvo esa redefinición del espacio vital que el pueblo de Belén iba a sufrir.
En otro sentido, el investigador Juan Pablo Beliera Virgadaula, que evolucionó desde la genealogía de su propia familia, al proto relato histórico zonal, no se salió mucho del esquema iluminista importado. Leemos del mencionado Virgadaula:
“EL PRIMER REMATE
Finalizada la mensura y trazado del futuro “pueblo” se procedió a promover la venta de lotes, mediante el volante que especifica el suceso comercial en los siguientes términos: - y menciona aquí el texto del volante que ya vimos- ESTE ACONTECIMIENTO COMERCIAL, REALIZADO EN EL AÑO 1877, FUE EL PUNTAPIÉ INICIAL QUE PERMITIÓ EL POBLAMIENTO DEL PUEBLO DE BELÉN”[3]
Pareciera que también para Beliera Virgadaula, las agrupaciones humanas existentes desde la época de la colonia, que poseían una identidad y una conciencia geográfica, una organización de las fuerzas productivas y una cultura, no calificaban para ser pueblo.
Pero no habla de Fundación, solo de creación:
“ Mediante ordenanza 2.016/96, se instituyó como fecha de simbólica creación del pueblo de Belén, hoy Ciudad de Belén de Escobar, el día 4 de marzo de 1877, tomando como punto de partida ese loteo y posterior remate que permitió el asentamiento de NUEVAS FAMILIAS en los terrenos aledaños a la Estación Escobar”[4]
Pero también nos da a entender que el iluminismo se apropió de la Historia, como describíamos en el punto 1 de éste trabajo. Se refiere aquí a nuevas familias en los terrenos aledaños a la Estación Escobar. ¿Los que no vivían cerca del ferrocarril, no eran también el Pueblo de Escobar? El pensamiento de la Generación del 80, inmiscuido en las investigaciones de historia regional. El etnocentrismo y el europeísmo al uso nuestro. Y una opinión la de Virgadaula, a dos aguas, ambigua, porque habla de “simbólica creación” y de “punto de partida” de ese loteo para el asentamiento de NUEVAS FAMILIAS. Si vinieron nuevas familias, quiere decir que había otras, por ende, ya había pueblo. Además, su libro se titula Historia del Poblamiento de los pueblos del Partido de Escobar.
Esta racionalidad ha generado no pocas contradicciones. Es que el hecho de haber nacido en un país y pensar desde otro, causa no pocos desgarramientos-Alberdi-. Podríamos decir que es nuestra lucha interna –todos- aquí las leemos en Gnemmi y las tiene Beliera:
“EL POBLAMIENTO Y LA FORMACIÓN DE LOS PAGOS
La Fundación de Buenos Aires y sus repartimientos de tierras, iniciaron la colonización de estos territorios, dando lugar al establecimiento de las primeras estancias o poblaciones, en una gran franja territorial que se conoció como la campaña de Buenos Aires.”
¿Entonces había POBLACIONES? ¿O estancias y poblaciones es lo mismo? ¿Poblaciones, viene de pueblo? Virgadaula lo aclara en una nota al pie de la página 13[5], pero dice lo que nosotros: eran lugares donde se establecieron las primeras familias dedicadas generalmente al acopio de ganado cimarrón. Y lo repite en todas las publicaciones. Y es más, al haber practicado la genealogía familiar, se encontró con que antes del ferrocarril…había pobladores. No agrega ni quita nada al comentario propio. Sigue diciendo y aceptando que había gente. No la acepta como pueblo. No puede resolver los términos pueblo-ferrocarril inglés-fundación. Deambula en la reducida brecha del liberalismo del siglo XIX. En suma, la campaña bonaerense estaba habitada antes del camino de hierro que hicieron los ingleses. Pero sigue aclarando y repitiendo Beliera Virgadaula:
“EL FERROCARRIL Y LA FORMACIÓN DE LOS PUEBLOS
Recién a finales del siglo XIX, con la construcción de los ramales ferroviarios, que cubrían el trayecto Buenos Aires-Campana, habilitado el servicio en el año 1875 y el otro, desde la estación Victoria hasta Coronel Zelaya, habilitado en 1892, se INICIÓ LA OCUPACIÓN DE LOS TERRITORIOS UBICADOS A LA VERA DE LAS PARADAS O ESTACIONES FERROVIARIAS, instaladas a lo largo de esos ramales.
El primer paso consistía EN MENSURAR Y DIVIDIR ESAS TIERRAS EN MANZANAS, FRACCIONARLAS A SU VEZ EN LOTES Y LLEVAR A CABO EL MARCADO DE SUS CALLES. ESTE TRAZADO URBANÍSTICO, SE EFECTUABA EN UN AREA LIMITADA A LOS CONTORNOS DE LAS ESTACIONES. LA VENTA DE LOTES, SE REALIZABA MEDIANTE EL REMATE PÚBLICO. ESTE FENOMENO COMERCIAL, FUE SIN LUGAR A DUDAS, UN HECHO SIGNIFICATIVO, QUE PERMITIÓ EL ASENTAMIENTO DE NUEVOS GRUPOS FAMILIARES, EN UN LIMITADO ESPACIO FISICO, DENOMINADO GENERICAMENTE COMO “PUEBLOS”, QUE GENERALMENTE TOMABAN EL MISMO NOMBRE QUE LAS ESTACIONES FERROVIARIAS. “
Nos sigue diciendo Virgadaula, que ya había gente. Lo repite. Pero lo dice rápido.[6] No es importante al iluminismo. Es el pasado. Es la sociedad tradicional que describen los que adscriben a la sentencia sarmientina de “civilización o barbarie”. Le importan si, los “nuevos grupos familiares”. Y nos da a entender que fue la geopolítica británica quién organizó el espacio y el tiempo de la campaña bonaerense. Menciona un hecho tan trascendental como el pueblo, como algo “genérico”, cuando en realidad es un hecho único. Nos está diciendo, que tenían poca importancia para los ferrocarriles lo que había en medio de la Estación Central y el final de la línea[7]. En este caso el Puerto de Buenos Aires y el Puerto de Campana. Pero Virgadaula reconoce que había gente en la región:
Página 42 del libro El Partido de Escobar, estudio histórico genealógico, dónde Beliera Virgadaula realiza una cronología de la venta de tierras en el Siglo XVIII:
“…Venta de una estancia poblada en el Pago de Luján, de ésta banda del río en la Cañada que llaman de Escobar…”
En el mismo libro, y en la página 83:
“Este tercer censo se practicó, a fines de otoño de 1744, dando una cifra en la Campaña de Buenos Aires igual a 3.367 hombres; 2.688 mujeres; 2.476 sin especificar, 1.101 indios, negros, mulatos, mestizos y pardos; dando un total de 9.632 vecinos.
El pago de Luján estaba constituido por 151 familias, EL SECTOR MAS POBLADO ERA LA CAÑADA DE ESCOBAR, la que desde sus nacientes (Gral. Rodríguez) hasta el Rincón de la Cañada, contaba con sesenta y ocho familias asentadas, CON CHACRAS, de las cuales cincuenta y tres ARRENDABAN tierras a Fermín de Pesoa y dos a Manuel de la Cruz y Martínez.
En referencia al Rincón de la Cañada de Escobar, éste sector estaba POBLADO por doce familias con un total de 71 miembros, TODOS CON TIERRAS PROPIAS, ESTANCIAS Y HACIENDA…”
Luego hace un listado con nombres y apellido de los pobladores – Familias que poblaban el Rincón de la Cañada de Escobar. En el Capítulo V habla de pobladores destacados ¿? Página 231. Claro, los destacados eran propietarios de tierras, comerciantes o funcionarios. Siempre hay una atmosfera de “estructura vacía”, de Estancia lejana, dónde solo hay campos, vacas, ovejas, peones y…el estanciero. Que, junto al vendedor y comprador de tierras, parecen ser toda la historia posible.[8] Y NADIE MÁS. Nos referimos al actor principal de la historia: el colono primero, el gaucho después. No hay vida cotidiana, es decir, la historia que se construye todos los días. Tanto el pulpero, como el resero y el arriero. Que junto a nuestros ríos y arroyos, eran el pueblo de entonces y su geografía. Junto a los propietarios pequeños y los grandes también.
Hay en la historia apropiada del 4 de marzo de 1877, una permanente alusión al Tiempo, pero no a los tiempos. Es decir. Que todos los nombres que menciona, fueron los antepasados de actuales familias. Hecho que no continuó en 1877. Un Tiempo estanco. Y una sociedad tradicional como la llamó el evolucionismo antropológico y Sarmiento entre nosotros. El pasado idílico del gaucho, el centauro de las pampas. Hasta 1877. ¿Qué pasó con esas familias cuando llegó el ferrocarril en 1877? ¿Dejaron de ser los primeros, porque su procedencia viene de la conquista y de la colonia y el Pueblo solo comenzó a ser tal, luego del Ferrocarril inglés? ¿El Nuevo pueblo como dice el cartel de remate borró la Historia desde la colonia hasta el ferrocarril?
Leemos la confirmación directa de éste error conceptual en la Revista La Hoja de Escobar del 1 de marzo de 1996:
“…El anterior detalle de las investigaciones que realizamos en 1983/84 –se refieren al plano de remate de Gnemmi-, CREEMOS QUE NO DEJAN DUDAS, QUE EL PUEBLO DE BELEN, AL NO EXISTIR UNA FORMAL ACTA DE FUNDACIÓN, NACIÓ OFICIALMENTE EL DIA DOMINGO 4 DE MARZO DE 1877, CUANDO SI COMENZÓ OFICIALMENTE EL REMATE DEL POBLADO, A CUYO CARGO ESTUVO EL REMATADOR, VENIDO DEL PUEBLO DE SAN MARTIN, DON LISANDRO MEDINA.” [9]
No. No hay ningún indicio de OFICIALIDAD alguna en el remate privado de 1877. No hubo NADIE OFICIAL, que representara a un organismo OFICIAL, para efectuar la fundación o que trajera la autorización OFICIAL, para el trazado del ejido urbano. Salvo que consideren los autores, que la manía ferroviaria de entonces y su prédica de progreso indefinido, más la especulación de tierras, fuera UN ARGUMENTO OFICIAL. Tal vez.
Pero Beliera aporta un concepto interesante surgido de la misma ideología iluminista:
“ La Pampa, ese paisaje tan especial de inmensas y apenas onduladas llanuras, de verdes pastizales, surcada de ríos, arroyos y cañadas, con pequeños montes aislados en el horizonte, fue el escenario dónde se formaron los primitivos pobladores y en donde instalaban sus primeras estancias, mediante el acopio de ganado realengo, cambiando, no solo su aspecto físico y espiritual, sino, que afianzaron los conceptos de COMUNIDAD, CUNA, NACIONALIDAD, ORÍGEN, PROCEDENCIA, NOCIONES BASICAS, que le permitieron tomar conciencia de “PATRIA”.[10]
En consecuencia, el PUEBLO, concepto que hacemos coincidir en éste caso con el de PATRIA, en el prólogo de éste libro: la patria es el lugar dónde se nace y la memoria de nuestros antepasados. Frase atribuida al escritor revisionista José María Rosa. Tal cual. Antes de 1877, había pueblo entonces. Una nacionalidad, como se dice arriba.
En la página 74 leemos:
“…la Revolución de Mayo, punto de partida, de muchas luchas intestinas, hasta llegar a la Organización Nacional, cuando la Patria obtuvo el rango de Nación.” [11]
Todas las revoluciones han periodizado el tiempo. La nuestra de 1810, no fue una excepción. Y es más una categoría política, que histórica, propiamente dicha, porque a partir de ella, se segmentó la acción de los hombres en el pasado, de acuerdo a quienes eran, que intereses tenían y con qué partido estaban. Pero tratemos todos de ser coherentes. La Historia – con mayúscula-comenzó a construirse antes de la Conquista, con los primeros pobladores, y en 1751 se aglutina con los oratorios Bethlemitas, comenzó otra etapa, hasta 1810, que, se inicia otra concepción del espacio. Pero la Nación[12], y en nuestro caso, es una existencia permanente. Así como no podemos separar en nuestro país, el término Estado-Nación, menos aún el de Nación-Patria. Creer a pie juntillas, que la Nación se inició en Mayo de 1810, o en 1860, es ser iluminista, recordemos: es haberse apropiado de una historia que comenzó mucho tiempo antes, con los antiguos POBLADORES, como le dicen al pueblo Gnemmi-Beliera. Es darle un sentido ajeno a la propia evolución. Como realmente ocurrió desde las geopolíticas que se apropiaron de nuestro espacio vital. Es la vieja y siempre recurrente línea histórico-política, Mayo-Caseros.[13]La ausencia total de profundización en la historia nacional y provincial, y lectura de fuentes diversas, más la posibilidad de contextualizar hechos propios en el contínuum temporal, genera en muchos investigadores la creación de cronotropos y universos concentracionarios. Se tuvo una visión inmobiliaria[14] de la región, que anuló toda otra consideración. A la vez, cierta funcionalidad con la ideología preponderante. Estos espacio-tiempo que se generan presentan las siguientes características:
Allí sucede todo. Es un relato autosuficiente. No hay causas externas determinantes y las que se aceptan, se aceptan totalmente, sin análisis, en desmedro de las causas internas. Todo se hace por obra de ciertos demiurgos, benefactores, el Estado Municipal, empresas o instituciones. Estos son los únicos ejes de estudio. Nada por propia evolución sociocultural. No existe el conflicto social. Menos aún la alternativa en todos sus aspectos. No hay contracultura alguna. Es la línea temporal recta y rígida, del iluminismo, cuando se apropia de la Historia y le da su propio sentido y segmentaciones. Vemos así, que éste historicismo apropiado, es también un instrumento de negación de nuestra cultura nacional y dentro de ella, de nuestra Historia. Y vaya si no se apropió del pasado el ferrocarril inglés al determinar que desde allí se “fundaron o crearon” nuevas poblaciones, como ha escrito Beliera Virgadaula y Gnemmi. Directamente no tomaron en cuenta las anteriores agrupaciones humanas, al ferrocarril. Pero… ¿qué es un Pueblo? Porque es el concepto, es sí, nuestro eje de debate y propuesta. Concepto desvirtuado y despojado de significado por los investigadores mencionados, como reflejo de la ideología que animó a la Generación del 80 y que por cuestiones educativas, todos, fuimos rociados.
Un pueblo, según el Diccionario de Ciencias Sociales y Políticas está relacionado con la identidad:
“Las identidades colectivas que cristalizan en la idea de pueblo pueden tener como aspectos esenciales la comunidad de un territorio (el pueblo del Nilo, el pueblo de París) la identidad histórico religiosa (el pueblo Judío), la identidad cultural (el pueblo quechua) la identidad política (el pueblo argelino) o la identidad social (el pueblo trabajador). En los hechos los diversos componentes se combinan, aunque no siempre.”[15]
Los autores mencionados no tomaron en cuenta el tema de la identidad. Y los habitantes de entonces, la poseían. Había una referencia geográfica, -comunidad de un territorio- una cultural, religiosa y faenas –el mundo rural colonial y post colonial- por las cuales se ganaban la vida. ¿El pueblo del Valle de Santiago, no es un pueblo? ¿El pueblo de la Cañada de Escobar? ¿El pueblo del oratorio religioso Bhetlemita? No solamente es pueblo, quienes se adaptan o se relacionan con las nuevas tecnologías, sino aquellos que han intervenido en la evolución social y cultural. Obviamente, el hombres es también, un ser tecnológico. En consecuencia, ya había un pueblo, en el sentido que le damos, en el antiguo Escobar.
Esto no quiere decir, de ninguna manera, una resta de méritos a Doña María Eugenia Tapia de Cruz. Fue como muchos argentinos, un reflejo de la época, de su época. No cabe ninguna duda, que su mirada, fue la del “progreso indefinido”. Y quiso “crear” nuevas condiciones y aconteceres en el lugar donde habitaba. Un nuevo comienzo. En realidad fue la primera empresaria de la zona[16]. Creando así –un nuevo espacio vital- con sus limitaciones epocales, creyeron los escobarenses del 1870, que seguían las tendencias de su tiempo. No sabrían que esas líneas económicas, no eran propias, y que no se dirigían a un crecimiento sostenido de nuestra zona.
De todas maneras, el trabajo no fue en vano. Se logró despertar así una conciencia histórica faltante. Por ellos, se salió de la etapa mítica y se entró en la era testimonial. Viene ahora la historia proceso, que además del dato, es validación y reflexión, desde nosotros. Nunca más desde geopolíticas externas. La iniciadora de éste sentimiento histórico de pertenencia y respeto al pasado y a sus hacedores, fue sin lugar a dudas la Profesora Argentina Harrand de Travi con la edición en 1974 de un libro de historia ,por la Municipalidad de entonces- que definió como de Semblanza del Partido de Escobar. La Profesora Harrand de Travi, tocó puntos interesantes en la evolución social y cultural. La presencia de los Padres Bethlemitas por ejemplo. Y la impronta de la familia Cruz, claro. El oratorio de Betancourt –como otros- es considerado también un eje de población. Tema éste que desarrollaremos en los siguientes puntos. Efectúa una cronología de la estructura productiva. Menciona hechos culturales definitivos. Describe la geografía como marco total. Con el aforismo que sita, desde las palabras de Leopoldo Marechal, que la “patria es una herida que no cierra”, indica que la nación es una construcción permanente, desde nosotros y con nosotros. La mencionada docente nos recuerda por su estilo argumentativo a los “publicistas” del siglo XIX .Pero al hacer hincapié en vivencias locales, para reflexionar, es también historicista y herderiana. Recordemos que ese grupo de argentinos –los ochocentistas- tuvieron siempre en claro sus metas y acciones. Educativa y culturalmente, estaban munidos de la universalidad valorativa del momento. El estilo coloquial de la profesora mencionada y su cultura a “flor de piel”, como muchos pudimos comprobar, evidenciaba a las claras ésta forma de existir.
[1] En 1877 ya existía todo un protocolo oficial –Doña Eugenia, no pertenecía al gobierno-para el importante tema de FUNDAR pueblos. Además, esto es imposible, porque el pueblo de Escobar ya existía.
[2] En ese entonces los iluministas locales agitaron desde la prensa local, y publicaciones privadas, que ese hecho fue la fundación oficial de Escobar, por parte de los señores Melidore, Gnemmi, Dechima, y Ranne. Afirmación muy ligera pero cargada de la ideología de 1877, por lo tanto no estaban “historiando” sino haciendo política. Este autor desde el año 1988, ha venido advirtiendo del error conceptual. La consecuencia de mi planteo, y el debate permanente, hasta hoy, ha sido el “ablandamiento” y mutación del término fundación por creación, del señor Beliera Virgadaula en sus publicaciones. De todas maneras la carga del iluminismo y el europeísmo con respecto al origen –el ferrocarril británico- sigue presente en los libros y los pedidos a los distintos gobiernos municipales-desde el ex intendente Luis Patti, que lo festejaba en Plaza San Martín, ante una confundida concurrencia, -para que se le otorgue categoría de “acto oficial”. No lo es, claro está, porque fue un acto comercial privado. Debería ser festejado sí, por el Centro de Industria y Comercio como uno de los primeros hechos comerciales de la zona, es decir, un loteo.
[3] Beliera, Juan Pablo. Historia del Poblamiento de los Pueblos del Partido de Escobar. Editado por la Imprenta del Congreso de la Nación, setiembre de 2001.Página 15.
[4] Lamentablemente en ese año, el HCD no realizó ninguna otra consulta al respecto. La Comisión encargada de esos temas no analizó en profundidad y con especialistas en el tema, nada más ni nada menos que la creación, fundación, evolución, o traza, de una localidad. Tampoco revisaron los archivos del gobierno de la provincia. Menos aún se registraron debates de la importancia que el tema requería. La filosofía iluminista y el discurso único de los investigadores, fue el “fundamento y substancia” de la Ordenanza.
[5] Ibídem
[6] Y lo repite en un pequeño cartel indicador, bajo el cuadro al óleo de Doña Eugenia Tapia de Cruz de la siguiente manera: Retrato al óleo de Eugenia T.de Cruz (1803-1888), esposa de José Antonio Cruz (1887-1837), propietario de las tierras donde en 1877 se asentó el pueblo Belén hoy ciudad de Belén de Escobar. La reproducción es textual y se conserva en el Museo Campiglia. Se suma un segundo error al constatar que esa imagen no es de Maria Eugenia Tapia de Cruz, sino de su hermana –Feliciana Cruz, como afirma César Larrondo en un libro del año 2005.
[7] Lo dice Gnemmi: Nada indica que el tren vaya a detenerse, pues al no existir Estación, está convencido que quién necesite viajar HAGA DESDE LEJOS LAS SEÑAS CORRESPONDIENTES. Gnemmi, Arnoldo. Segundas Jornadas de Historia del Partido de Pilar.1992, Página 169.
[8] Es la visión geopolítica de todos los conquistadores de todos los tiempos y lugares: en la tierra invadida no hay nadie, por más que haya gente. Lo hizo Roma antigua, y llamó a los naturales Bárbaros. España, en su fase de ocupación. Y Roca, cuando “conquistó” el Desierto. Y el Ferrocarril, cuando buscó ríos y puertos. Nota del autor
[9] Melidore, Alfredo y Dechima, Rubén. “Aportaciones y citas de la Historia de Escobar. Octubre de 1984.
[10] Beliera, Juan Pablo. El Partido de Escobar. Estudio crítico Histórico Genealógico. Editado por el CID Agencia Periodística en 1997. Página 73 y 74.
[11] Ibídem. Página 74.
[12] Carlos Strasser, dice que el Estado es la organización que impone y/u obtiene acatamiento de la población valiéndose tanto del poder o la coerción como de la autoridad o legitimidad para lograr ese objetivo. En Teoría del Estado, BsAs, Abeledo Perrot, 1986, pp.20-25.
[13] La de un Mayo de 1810 cristalizado en la ciudad-puerto de Buenos Aires, en desmedro de las regiones interiores y sus gauchos. Y un Caseros. La batalla perdida de Rosas, que permitió imponer una Argentina agroexportadora y dependiente del taller del mundo: Inglaterra.
[14] El espacio vital tomado como un bien de compra y venta, con sus valores, propietarios y compradores y vendedores. Que no es el único ángulo por dónde mira la historia. Y menos aún se agota una historia local considerando las ventas de tierras, apellido de compradores y vendedores.
[15] Torcuato S. Di Tella. Diccionario de Ciencias Sociales y Políticas. Editorial Puntosur. 1989. Página 495.
[16] Definición vertida por el Licenciado en Historia Alberto Mesa, que sostiene también la no-fundación oficial de Belén de Escobar en 1877, categorizando al hecho como de comercial privado.
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